Cuando se han pasado unas horas en un manicomio, es difícil no haber tenido a ratos la sensación de que quizá los médicos sean en realidad los verdaderos enfermos. Y que los pacientes sean terapeutas que han hecho el sacrificio de su vida para permitir a los doctores y al personal sanitario volver a la verdadera cordura.
Amén
ResponderEliminarQuizá no, lo son. Enfermos de ignorancia.
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