miércoles, 13 de abril de 2011

Estoy llegando a Brea de Tajo, y a mi derecha veo un gran aparcamiento de coches. Hay unas 100 plazas y casi todas están llenas. Hago la foto:



Sale un chico a fumar un cigarrillo.

.- Hola -le pregunto- ¿trabajas aquí?
.- Sí -me dice-

.- ¿Que es esto -le pregunto- un reformatorio?
.- Bueno, es un centro de detención y reinserción de menores.
.- Ya -le digo- Es como un pequeño taleguillo ¿no?
.- ------
.- ¿Y tú qué haces aquí; eres funcionario, educador?
.- No, yo estoy frente a unos monitores, vigilando las cámaras.
.- Ya... -me explico- Es que mira, ando de viaje, y encontrarse esto, en medio de la estepa castellana... Sí que los tienen bien controlados aquí... ¿A donde van a ir?
.- Ya, sorprende, ¿eh? De todas maneras, a ver quién es el guapo que salta ese muro.
El muro es de cemento; o de hormigón, y mide unos 4 metros de altura. Recuerda al muro que los israelíes han construído en Palestina.


.- Yo lo saltaría -dije- yo me escaparía. Hummm, es liso también por dentro, claro (a veces digo tonterías) y me quedo pensando, estudiando cuáles son las partes débiles de la estructura.
.- De todas formas -me dice- están muy bien aquí. No les pegan ni nada. No es como hace un par de años, que en los centros de detención les pegaban. Están muy bien tratados...
.- ¿Y cuantos hay?
.- Ah, no sé, no tengo ni idea.
.- ¿No sabes cuántos hay? porque todos estos coches no son de los internos, ¿verdad?
.- No, no estos son de gente que trabaja aquí
.- No les molestará que haga fotos, ¿no?
.- No se, fuera supongo que no. Si quieres saber más cosas estate un rato junto a la puerta y cuando veas a un "V" le preguntas.
.- ¿Un "V"? ¿qué es eso? -He pensado, con un estremecimiento, en los "V" alienígenas que comían ratones-
.- ¿Un "V"? -dice extrañado- y de repente cae: ¡Ah! como hablamos entre nosotros.. Un "V" un vigilante, pero no uno así de polito como yo -el chico lleva un polo azul- uno que lleve uniforme azul.
.- No -le digo- creo que no voy a estar mucho rato por aquí. ¿De verdad que no sabes cuántos hay? Deben ser muchos, ¿no? porque tanta gente para cuidarlos...
.- Bueno -me dice- es que ahora hay dos turnos a la vez (deben ser las 14 h)
.- Ah, ¿quieres decir que coinciden los que salen y los que entran ahora mismo ahí dentro? ¿que normalmente hay la mitad de coches?
No contesta a mi pregunta, y entonces insisto:
.- ¿Pero cuántos crees que habrá? ¿doscientos? ¿quinientos? ¿mil? ¿dos mil?
.- No -dice- no tantos, unos doscientos...
.- Ya... ¡Y qué humor, ponerle el nombre de Teresa de Calcuta! ¿no? seguro que si lo supiera se revolvería en su tumba.


Hace un gesto de comprensión y sonríe por lo bajo. Lo entiende, de sobras lo entiende. Y es un chico joven, no tendrá mucho más de veinticinco años.
.- Pero ¿sabes? -me dice- Los tratan bien. Esto es casi como un campamento.
.- Ya...
.- Perdona pero es mi hora libre (el cigarro que le he visto encender mientras me acercaba a él está ya medio consumido) y quiero darme un paseo.
Hago un gesto de comprensión. Está tan claro que quiere sentirse fuera de estos muros opresivos...
Mientras me decía esto ha señalado un caminito que corre justo enfrente, entre los árboles.
.- No, perdona, si soy yo que...
.- No, no, está muy bien. Tú has preguntado y yo...
.- Vale, no te distraigo más. Adiós, ¿pero sabes una cosa? Si saliendo de aquí veo algún chaval haciendo autostop, te aseguro que lo cogeré y lo llevaré bien lejos de aquí.
El chico joven sonrie con comprensión, cruza la carretera y se interna por el caminito...




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